Hay quienes consideran que la esencia artística debiera mantenerse en una especie de etérea elegancia y desmarcarse de la lucha social. Sin embargo, pensamos que esencialmente el arte debiera de tributar siempre un cierto compromiso con la evolución social, el bienestar de la psique colectiva, y el fortalecimiento de una ética básica en torno a la dignidad, la imaginación y la expresión.
Hace una semana que hemos conocido como el gobierno limita en autovías la velocidad a 110 km. por hora para ahorrar energía, en concreto el petróleo.
Resulta evidente que, que esta fuente de energía ha originado catástrofes, que han llevado a nuestro planeta casi a la destrucción masiva de costas e incluso estados.
Recordemos, el hundimiento del Prestige o más recientemente en el año 2010, el derrame de petróleo en el Golfo de México.
En ambos casos los artistas no han quedado al margen y han denunciado mediante sus obras estos hechos luctuosos.
Pero cómo un artista puede denunciar la subida del petróleo, cuando las ventas más importantes en las salas de subastas han sido compradas por empresas petrolíferas?.
Si queremos ahorrar energía, debemos mentalizarnos como lo hacían nuestros abuelos, mirando siempre la peseta, y utilizando el coche y la luz cuando era imprescindible.
Tenemos que saber que las fuentes de energía se la robamos a la naturaleza y que como tal tienen un fin.
Así pues bajémonos del carro del consumismo y demostremos que tenemos capacidad de ahorro, sin necesidad que ningún gobierno nos prohiba nada.
Y recordad que el arte, no es derroche sino más bien inversión.
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