El expresionismo es una corriente artística que busca expresar sentimientos y emociones más allá de toda realidad objetiva, indaga en lo más profundo del ser humano sacando los sentimientos más íntimos y las emociones más recónditas para plasmarlas después en escenas reveladoras de una gran tragedia interior. Este movimiento afecta por igual a la pintura, la música, el teatro e incluso al cine que se verá muy influenciado por artistas como Munch o Kirchner.
La película expresionista más relevante es “El Gabinete del Dr. Caligari”, fue pensada en un primer momento para ser dirigida por Fritz Lang que no podrá hacerse cargo por compromisos profesionales. Así, pasa a manos de Robert Weine, hombre cuya formación teatral será muy relevante sobre todo a la hora de crear los decorados, ya que la película se rodará íntegramente en interiores. Estos, totalmente desfigurados con perspectivas que se falsean, con una luz que aparece pintada, con una actuación exagerada de los actores y un uso desmesurado del maquillaje, junto con una planificación de la cámara muy peculiar, nos muestra un cine sumamente pictórico: es como sentir un cuadro en movimiento. Posteriormente Lang rodará “Metrópolis”, visión futurista de una ciudad llena de máquinas destinadas a servir a los señores mientras que los obreros viven en una ciudad subterránea de auténtica pesadilla. Primera película de ciencia-ficción de la historia y de nuevo la evidencia de la angustia existencial.
Este tipo de cine es interesante por sí mismo, pero también por las influencias posteriores, así el cine de terror y el cine negro americano serán un claro ejemplo de ello, ya que se nutren de muchos logros del expresionismo, como el uso de la luz en la creación de ambientes oscuros y sombríos, donde las angustias, miedos y fobias de los personajes hallarán su hábitat natural.
El cine negro americano surge en los años cuarenta, dos décadas después. Se ve propiciado por la llegada a Hollywood de directores alemanes que se exilian allí como Lang, Curtiz o el austriaco Josef Von Sternberg, los cuales traen nuevas técnicas de rodaje sobre todo en cuanto a la iluminación se refiere (encaminada siempre a potenciar el retrato psicológico de los personajes, creándose así las primeras películas de este género).
La desilusión vivida por los alemanes tras el profundo cambio social que se produce anterior a la primera guerra mundial, y que los lleva a ser una sociedad industrializada, donde obreros son reemplazados por máquinas, y el desequilibrio que esto conlleva, podría extrapolarse a la América de los años cuarenta. Estados Unidos ha salido de una crisis económica pero está amenazada por una guerra, va a convertirse en una potencia mundial y a la vez la corrupción se apodera del país creándose un clima de desencanto y pesimismo que los cineastas de la época van a contemplar. En definitiva, el cine negro va a reflejar la realidad de un país al igual que lo hicieran ya los expresionistas, así como los desgarros que conlleva un cambio social violento.
Otro punto común a ambos géneros es la sensación del espectador de vivir un mal sueño; la violencia, el crimen, la muerte y en definitiva el horror aparecen de forma reiterada. Para situar todo esto se crean atmósferas tenebristas donde predominan los juegos de sombras y los claroscuros, efectos de gran impacto en el blanco y negro.
Destacar también el papel de la mujer en el cine americano. Esta será una auténtica “femme fatale” que proyecta una imagen que nada tenía que ver con el papel de amas de casa que venían desempeñando en la sociedad de la época. Ahora son ambiciosas, destructivas y desafiantes, dispuestas a todo, y no precisamente por amor.
Todo lo expuesto se materializa en películas como “El Halcón Maltés” de John Houston con un inconmensurable Bogart. “El Sueño Eterno”, película redonda que contó con los mejores guionistas del momento y con una banda sonora insuperable y “La Dama de Shangai” de Orson Welles. A él se le atribuye el honor de cerrar este periodo del cine con la que se considera la última película del género: “Sed de Mal”. Otra gran obra es “El Tercer Hombre” donde su director, Carol Reed, reinventa el expresionismo con una puesta en escena de gusto barroco tan característica de este estilo.
Todas ellas grandes obras que desafían el paso del tiempo manteniéndose en lo más alto. Buen momento para verlas de nuevo, y a quién le guste fumar que lo haga con un cigarrillo emulando así a Humphrey Bogart, que tanto aportó a la estética del film noir. Por suerte ningún idiota se lo impidió.
Sevilla, Mayo-2011
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No sé si consideras que NOSFERATU de Murnau es una clara obra del expresionismo, tengo entendido que sí. Sin embargo, nunca hubiera pensado que EL TERCER HOMBRE lo fuera. Obra maestra, con una excelente banda sonora y con un gran guión: "Suiza, en cuatro siglos de democracia sólo ha aportado a la humanidad el reloj de cuco, sin embargo..." Busca como termina la frase, merece la pena.
ResponderEliminarRespecto a El Tercer Hombre no digo que sea propiamente expresionista, más bien cine negro con una estética muy barroca y muy del gusto de ese movimiento. Lo del cuco ya lo conocía pero gracias por comentar, un placer.
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