El cine es la técnica de proyectar imágenes de una forma sucesiva y en movimiento, pero ante todo, el cine es un medio de comunicación con lenguaje e identidad propia. Sí es arte o no, es algo sobre lo que han debatido largo tiempo los profesionales del medio. Para Visconti, director italiano, no es un arte, sino más bien un trabajo de artesanía, de primer orden a veces, de segunda otras. Lo cierto es que la realización de una película es algo complejo en cuyo proceso de elaboración intervienen decenas de profesionales, cada uno con un cometido diferente, que a menudo pasan desapercibidos para el espectador. Así, cuando vemos una película prestamos atención sobre todo a la historia que se nos cuenta sin reparar en más, por lo que es conveniente desarrollar un “ojo crítico” que nos ayude a ver más allá de la simple imagen pues el cine es a menudo transmisor de valores y fuente de conocimiento.
Como nos lleguen esas historias dependerá sobre todo de la creatividad artística (directores, guionistas, actores,…), y del uso que se haga del lenguaje cinematográfico (planos, movimientos de cámara, música, etc…).
El plano es una unidad narrativa que se rueda en una sola toma y que se mide según el tamaño o la movilidad, y así, a grandes rasgos, podemos hablar de primeros planos, medios o generales, y también fijos o en movimiento. Cada uno de ellos se emplea con un sentido diferente, el plano general tiende a describirnos un entorno físico donde ubicarnos y el corto va más ligado a las emociones y sentimientos, de tal modo que cuando la cámara se va acercando para crear un primerísimo plano, no hace más que penetrar en el personaje, dándonos así un mayor análisis del mismo. Renoir llegó a declarar que le gustaban tanto los primeros planos que a menudo los introducía, aún no siendo éstos significativos para el desarrollo de la trama.
Otro elemento clave es la música, igualmente de gran valor expresivo. A lo largo de la historia del cine hemos disfrutado de grandes bandas sonoras que nos han dejado recuerdos memorables, llegando a tomar vida propia hasta el punto de desligarse de las películas. ¿Quién no recuerda la banda sonora de La Guerra de las Galaxias o Lo que El viento se llevó?. Otras veces se ha erigido en única protagonista (caso de los musicales) y en otros casos aparece ligada a la trama de tal manera que no se entiende la una sin la otra, como en algunas obras de Hitchcock.
Me gustaría destacar también el silencio como otro elemento importante en el cine moderno desde que se introdujo el sonido. Muchos profesionales lo han utilizado, así podemos ver películas en las que no se articula palabra alguna ( Nu, Dinamarca-1996) o bien los sonidos son incomprensibles (véase alguna de Tati). Otros renuncian a las bandas sonoras, por considerarlos un elemento extraño al cine.
La composición (esto es, disponer todos los elementos del encuadre para conseguir la mayor expresividad y la mejor estética) y la luz, son también dos grandes pilares de los que dependerá el resultado final.
Pero prescindiendo de consideraciones técnicas, el cine es sobre todo entretenimiento. A través de él podemos protagonizar grandes historias, aventuras inolvidables, viajes a través del tiempo y otros sueños que por nuestras propias limitaciones serían imposibles de realizar, y todo sin movernos de la butaca. Podemos igualmente experimentar pasiones y sentimientos de todo tipo, incluso aquellos que pueden parecernos detestables y sin tener que sentir culpa por ello. Es en definitiva una experiencia donde cada uno puede perderse o reencontrarse consigo mismo. Según Christian Metz, sociólogo y teórico cinematográfico francés, “el cine es lo más parecido a los sueños” y ¿a quién no le gusta soñar?
Sevilla, Mayo-2011