Hace unas semanas se ha descubierto, en una restauración realizada en El Prado, un Brueghel, titulado el vino de San Martín,
Brueghel es un pintor holandés del siglo XVI, del que se tienen escasas obras. Al parecer, pertenecía a la colección de una familia aristocrática española.
El museo, por el derecho de tanteo,desea la adquisición de dicho cuadro por un valor de siete millones de euros, que de ponerse en el mercado del arte a través de una subasta alcanzaría los 20 millones de euros.
Puede parecer un estipendio la compra de este cuadro en momentos de crisis, pero comprar cuadros es lo mismo que hacerlo en oro.
Hace unos años, el Ministerio de Cultura se hizo con un Goya, La Duquesa de Chinchón, por el inestimable valor de 24 millones de euros, sin embargo, en la actualidad, de ponerse a la venta duplicaría su valor.
A mi modo de ver, sería más conveniente, que nuestros políticos se hicieran mirar, por ejemplo, cómo es posible que la ciudad de Sevilla, sea una de las ciudades que más coches oficiales tenga por kilómetro cuadrado en Europa.
Sres. políticos, ¡Solucionen esto primero, que quien tiene un Brueghel tiene una joya!.
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